Es el que utilizo para el pelo, está hecho con aceite de coco, colofonia y raíz de lirio. Veis que solo lleva un aceite, cien por cien coco, macerado con lavanda y caléndula.
Lo peculiar del jabón es su sobreengrasado, del 25 %, ¿por qué tan alto?, porque el aceite de coco contiene una inmensa cantidad de ácidos grasos saturados (láurico, caprílico, caproico y cáprico) que aportan abundante espuma limpiadora demasiado potente para la piel, removería y llegaría a eliminar los aceites naturales que ella misma PRODUCE y NECESITA para estar hidratada. Hay que ponerle bastante sobreengrasado sí o sí.
Este jabón gelifica y endurece rapidísimo, sin necesidad de aplicarle calor, en cuatro horas lo corté y lo sellé. No queda el “esperado” jabón blanco porque la colofonia (se usa para ablandar la barra y fijar el aroma) da ese color crema y porque además, las altas temperaturas que se alcanza con esta mezcla a causa de la reacción química, alteran la tonalidad del jabón, siempre a bien, para mi gusto.
Sin cera de abeja, y es que después de mucho probar me inclino, a pesar de lo que me gusta, por eliminar este ingrediente en los jabones para el pelo, funcionan mejor.
Mirad cómo han crecido!