"Quien nada sabe sobre los efectos universales y el
simbolismo de los colores, jamás podrá emplearlos adecuadamente" (Eva
Heller)
El color juega un papel fundamental en la creación de un
entorno que fomente el aprendizaje. La paleta de colores primarios; rojo,
amarillo y azul es clave en el diseño de objetos para llamar la atención de los
niños, hay que encontrar esa conexión entre la realidad que conocen y las cosas
con las que sueñan. Elegí el rojo para estos jabones porque es el más
estimulante de los tres. Enseñarles higiene, enseñarles a lavarse las manitas,
enseñarles a jugar con el jabón tiene que divertirles, así cuando crezcan
sabrán apreciarlo y quererlo.
El color fue un acierto y un gusto enseñarles esta canción, que seguro no olvidarán porque estuvieron repitiéndola toda la tarde:
El color fue un acierto y un gusto enseñarles esta canción, que seguro no olvidarán porque estuvieron repitiéndola toda la tarde:
Me lavo las manitas
con agua y con jabón,
me seco los deditos
cantando una canción:
con agua y con jabón,
me seco los deditos
cantando una canción:
Hay cinco dedos en cada mano
y manos tengo… ¡dos!
Uno, dos, tres, cuatro y cinco.
¡Una y dos!
y manos tengo… ¡dos!
Uno, dos, tres, cuatro y cinco.
¡Una y dos!
Se me acercó una nena, Valentina, y dijo: “quiero hacerlo
con agua… pero de la de verdad”. La llevé a la cocina y nos pusimos a cantar.
Qué deditos, qué vocecita, un amor.
Fue una tarde deliciosa, un chiquitín de dos años me
balbuceaba señalándose la orejita que… Bueno, os contaría al detalle el guateque
infantil tan divertido que pasé con ellos, pero sería largo, aunque muy
entretenido, así que mejor os comento sobre el jabón. Lleva un macerado de
aceite de coco y fresas deshidratadas, aceite de oliva y cera de abeja. El
color no lo dieron las fresas, fue un colorante bien llamativo de grado
cosmético. Lo inusual de este jabón es que el macerado lo hice en una olla de
cocción lenta, llevó más de seis horas con una temperatura que no superó los
50º. Quedó rico.
Es interesante este tipo de cocción y tal vez en otra
entrada os comente sobre ello. Además, que me apetece hablar de cocina… para
variar.
“Cada niño es un deslumbrante arco iris de posibilidades”
(Fabio Deotto)
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