jueves, 4 de mayo de 2017

Cuenquitos para velas hechos con cera virgen y flores secas





Pensando qué podría hacer con toda la cera de abeja que me sobra, pregunté al buscador por alguna manualidad que empleara este material y encontré estos cuenquitos para velas rechulos, que además van adornados con flores secas, de las que tengo también sobreabastecimiento.

La manualidad consiste en rellenar un globo con agua tibia del grifo e introducirlo en cera fundida (se utiliza también parafina), cuentas unos segundos y lo sacas, despacio. Lo apoyas ligeramente en la encimera donde has puesto papel encerado (para dejar plana la base), esperas a que enfríe (en un minuto está) y lo vuelves a introducir en la cera, así cinco o seis veces. Finalmente dejamos el globo reposando sobre el papel y ya frío lo colocamos boca abajo en el fregadero para pincharlo.
Ahora toca nivelar la parte superior del cuenco. En una sartén caliente lo colocamos hacia abajo y derretimos los bordes hasta encontrar el nivel. 

Me sorprendió que un globo pudiera resistir la temperatura tan alta que coge la cera al fundirse y me vino a la cabeza la idea de que pudiera explotar, pero las explicaciones eran claras y el riesgo pequeño si se hacía correctamente. 
El primero me salió perfecto, el de la foto, el segundo explotó y me tiré un tiempito limpiando las salpicaduras. Conseguí hacer cuatro de siete intentos.

Acabé cansada pero contenta del resultado. Y con algunas conclusiones para otra próxima vez:

Primera: no sumergir el globo más arriba del nivel del agua.
Segunda: la cera no debe estar muy caliente.
Tercera: nivelar bien el globo cada vez que lo apoyemos sobre el papel para que no quede torcido.
Cuarta: el diámetro de la boca del cuenco no debe ser inferior a 10 cm., así no se corre el riesgo de que la vela pueda calentar los bordes.
Quinta: si estalla el globo dentro del recipiente con cera dejarlo tal cual y esperar a que enfríe. La cera se separará del agua y podremos recuperarla.
Sexta: las primeras veces, hasta que cojamos práctica, colocar el recipiente en el fregadero, si explota las salpicaduras no llegarán a la puerta de la cocina.

Estas deducciones que algunas venían bien explicadas en el manual, las novatas a veces las pasamos por alto, pero bueno, las suplimos con la perseverancia.

Los cuencos los adorné con flores secas pegadas con cola.







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