Pol es un bebé precioso. Ojitos azules, rubio, redondito
y proporcionado. Muy risueño, apenas llora, bueno es que Vivi, su mamá, corre en
cuanto le oye gemir y siempre le calma. Pero cuando tiene hambre sólo le
tranquiliza una palabra y un gesto de mamá: -¿quieres?- señalándose el pecho.
Pasa del llanto, en un segundo, a la sonrisa más simpática y ansiosa que he
visto. Es el bebé soñado.
Me comentaba Vivi el olor tan agradable que le dejan mis
jabones, cosa que me extrañó porque los que hago para los más pequeños no
huelen. Una noche que le bañaron en casa, me acerqué a su cabecita y…, ya me lo
esperaba, no era mi jabón, era el olor de Pol, rico rico a bebé.
Estos jabones los hice con un macerado de aceites biológicos, lavanda, caléndula y manzanilla dulce, también le añadí hidrolato de lavanda recién cosechada y destilada, vaya, que todo es poco para estas personitas tan tiernas.
Estos jabones los hice con un macerado de aceites biológicos, lavanda, caléndula y manzanilla dulce, también le añadí hidrolato de lavanda recién cosechada y destilada, vaya, que todo es poco para estas personitas tan tiernas.
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