“Navaja y misterio” contestó el
actor Yul Brynner, pionero en el rape, cuando le preguntaron sobre el secreto
de su éxito. “La calvicie es como el frac: hay que saber lucirla”.
Ningún hombre se libra del
riesgo de perder pelo. Pero si es para ganar en magnetismo… me parece bien.
Pues exceptuando los casos de
calvicie, esto que os voy a contar, basado en teorías evolutivas, intenta
resolver la pregunta que se hace la ciencia de por qué a lo largo de millones
de años hemos mantenido el pelo de la cabeza y perdimos el resto del vello
corporal.
Dicen que nuestra desnudez no es
más que una de las muchas adaptaciones que desarrollamos en la historia de la
evolución. Hace dos millones de años, en África, se encontraba un antepasado de
la raza humana, el homo erectus. Caminaba casi como nosotros, razón por la que
los paleoantropólogos creen que ya en aquellos tiempos podríamos estar
perdiendo el pelo.
En este período coincidieron una
serie de cambios climáticos que formaron lo que hoy en día son las sabanas
abiertas del este de África. Los homínidos se adaptaron desarrollando una serie
de características que lo predispondrían a ser excelentes cazadores. Perseguían
a sus presas durante horas hasta agotarlas de cansancio.
Así que tuvo que desarrollar un
mecanismo de refrigeración corporal para evitar el sobrecalentamiento. Las
glándulas sudoríparas se encargaron de esta función pero con el inconveniente
que suponía el retraso de la evaporación del sudor a causa del pelo, que si
bien puede ser una defensa contra el sol se perdió a favor de una adaptación
para correr bajo el sol, pero se mantuvo el pelo de la cabeza como una
protección contra la insolación.
La piel se protegió del sol con
una pigmentación oscura que evitaba los efectos de la radiación ultravioleta. A
su vez, apareció una aclimatación contra el frío que se podía sufrir por la
falta de pelaje: el aumento de la grasa debajo de la piel. Ésta, ayuda a
retener el calor a la vez que no impide la evaporación del sudor en momentos de
sobrecalentamiento. Así que la pérdida de vello corporal no es más que una de
las grandes adaptaciones de nuestra evolución para convertirnos en expertos
maratonistas.
De lo expuesto os hago el
resumen: el pelo de la cabeza es necesario para proteger al cerebro de la
insolación por la locomoción bípeda. Así que habrá que cuidarlo, ¿no?
Jabón con macerado de manzanilla
y romero en aceite de oliva, hidrolato de lavanda, aceite de ricino y cera de
abeja.