Rosa y transparente eran las exigencias de la cumpleañera y además un labial con mucho brillo, lo tenía clarísimo cómo quería obsequiar a sus amiguitas el día de su cumple.
El jabón, de glicerina, no quedó
transparente pero encantó a las niñas y el labial, que lo cargué bastante de
aceite de ricino y glicerina vegetal se lo comían. Era divertido ver los ojitos
de ansiedad y los deditos nerviosos buscando los envoltorios con sus nombres. Y
más divertido aún observar cómo cuando los encontraban, acto seguido, los
comparaban muy disimuladamente con los demás, no vaya a ser que les faltara
algo…
Si habéis leído el último post
que hice sobre el jabón de glicerina, veréis que éste nuevo jabón apenas deja
pasar la luz. Reduje los porcentajes de solventes y perdió transparencia pero
quedó más cremoso. También (por exigencias de la clienta) le puse colorante
blanco y rosa que intercalé con vetas de jabón sin colorear y creo que después
de ver el resultado seguramente repetiré. Vendrán más, el próximo… con
inclusiones.