Ya llevo unas cuantas
formulaciones para este jabón, empeñada en que sea lo más transparente posible.
El anterior quedó ideal, era como un trozo de ámbar, color naranja coñac, muy
limpio. Pero con algunos inconvenientes.
Este tipo de jabones llevan
solventes para darles nitidez. Alcohol, azúcar y glicerina, con poco margen para
el error: demasiado alcohol el jabón es áspero, encoge y produce poca espuma,
demasiada glicerina y azúcar lo ablanda y se gasta enseguida. Siempre que
disminuyamos estos tres ingredientes obtendremos jabones menos traslúcidos, más
duraderos y personalmente, de más calidad. Y esto fue lo que me planteé con el
último. Dejé a un lado la transparencia y rebajé los porcentajes. Al 50 % jabón
y solventes.
La elaboración también la cambié.
Ya que no buscaba el jabón cristal, suprimí el paso donde a la masa de jabón,
antes de agregarle los solventes, se la pone al baño María para gelificar. Uno
a uno, sin dejar de remover, los fui incorporando directamente, sin esperar a
la gelificación.
El ácido esteárico para estos
jabones me parece insustituible. Da calidad y dureza a la pastilla además de
propiedades emolientes y protectoras. El aceite de ricino es humectante y actúa
también como solvente dando transparencia, pues tiene en su composición más de
un 80% de ácido ricinoléico. Siempre con cantidades ajustadas.
Las que a mí me funcionan:
Alcohol 12 %
Azúcar 9 %
Glicerina 13 %
Agua 16 %
Pero seguramente seguiré
rebajando estos porcentajes. Quiero encontrar la formulación de un jabón que me
regalaron, espectacularmente bueno, con los mismos ingredientes pero con
proporciones aún desconocidas para mí.
Precioso otoño
2 comentarios:
Hola, como logras esos detalles en la superficie del jabón?
Es la base del molde
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