lunes, 31 de agosto de 2015

Jabón con aceite de tomillo, sal, azúcar y cera de abeja



No lleva aceite de coco, habitual en mis jabones, lo reemplacé por azúcar y sal para corregir la espuma y dureza. Y aunque aumenté el porcentaje de cera, creo que no le hace falta, pero habrá que averiguarlo.
Es agradable esta pastilla al tacto, noto que aguanta mejor el olor de los aceites esenciales y que tiene más cremosidad (todo el aceite que lleva es de oliva). Así que, seguramente empezaré a dar preferencia a esta formulación.

El aceite de tomillo, si vais a hacerlo, os cuento los pasos.
Ir al campo a recogerlo (merece la pena), limpiarlo con una gasa húmeda y esperar dos meses aproximadamente a que seque. Mover cada dos o tres días las ramas, de esta forma el secado será homogéneo.
Se trocea antes de sumergirlo en el aceite que queráis.
Llevarlo tres horas a 37 º removiendo de vez en cuando. Y después de estar toda la noche en reposo, al día siguiente ya lo podéis colar. Si habéis puesto de oliva o girasol os servirá para elaborar platos de cocina, es un aderezo muy rico en ensaladas o asados.
Conservar en el frigorífico o congelador.




Barra de aceite de tomillo congelado





miércoles, 19 de agosto de 2015

Jabón y crema con aceite de zanahoria


Algo desfasado de la temporada veraniega, pero más vale tarde que nunca y además, presentarlo casi a finales de agosto parece que estira el verano.

Lleva zanahorias deshidratadas, molidas y maceradas en aceite de girasol biológico, aceite de oliva, manteca de cacao y cera de abeja. Muy apetecible para las pieles que ya están tostadas y quieren aguantar el bronceado.

Le acompaña una crema de noche, nutritiva, naranja, brillante y untuosa que, aliada con el “dulce sueño”, reparará los excesos del día… si los hubiere. Así que, a seguir disfrutando del verano, del sol y de su maravillosa vitamina D.







“Los hombres deberían tener celos del sol” –Un hombre y una mujer (1996)-

martes, 11 de agosto de 2015

Jabón infantil con aceites de manzana y caléndula


Jabón con aceites de manzana y caléndula y manteca de karité




Lo que le encanta a un bebé:
El pecho de mamá, la sonrisa de mamá, la canción de mamá, jugar con mamá, tirarle del pelo, morderle la nariz, encontrarla en todas partes, que le acune, que le duerma y lo más... soñar con ella.

martes, 4 de agosto de 2015

Champú sólido de plantas ayurvédicas









“Que tu alimento sea tu medicina”. Esta cita de Hipócrates tiene su origen en un antiguo sistema de medicina legendaria procedente de la India denominado ayurveda, es junto con la medicina tradicional china uno de los sistemas médicos vigentes más antiguos del mundo. Significa “la ciencia de la vida” y posee un conocimiento profundo de la salud del cuerpo humano y su equilibrio con el orden natural, una forma de vida en armonía con la naturaleza.

Conozco poco de esta doctrina, pero lo que he oído y leído sobre ella me ha gustado. El primer contacto lo tuve con una persona bastante informada del tema a la que acosé con preguntas sobre cómo elaborar, cómo usar y qué emplear en la cosmética natural. Fue muy preciso al contestarme: “no le pongas a tu piel nada que no puedas comer”. A partir de aquí se me cerraron algunas puertas y se abrieron otras.

Hice cursos de cosmética ayurvédica y salí encantada de ellos, me sorprendió el nivel de enseñanza tan bueno. Ingredientes, métodos, aromas textura... eran diferentes y especialmente el olor. Manejábamos hierbas desconocidas que te transportaban a su lugar de procedencia. Haciendo este champú, tenerlo entre las manos, amasarlo y moldearlo fue lo mejor del curso.

Lleva kapoor kachli, sidr, amla y aritha, plantas que limpian y cuidan el pelo, con una burbuja pequeña y suave que te dan ganas de enjabonarte tres veces seguidas. Yo lo uso cuando viajo a lugares donde el agua es muy dura y al jabón natural le cuesta arrancar espuma.

Huele a albahaca y bergamota. Es para María. Según la ciencia ayurvédica ella es kapha con mezcla de pitta (hay tres estados de energía, vata, pitta y kapha, que dirigen al individuo). Con estos aromas ella debe encontrar su equilibrio: cálido y picante.