No lleva aceite de coco,
habitual en mis jabones, lo reemplacé por azúcar y sal para corregir la espuma
y dureza. Y aunque aumenté el porcentaje de cera, creo que no le
hace falta, pero habrá que averiguarlo.
Es agradable esta pastilla al
tacto, noto que aguanta mejor el olor de los aceites esenciales y que tiene
más cremosidad (todo el aceite que lleva es de oliva). Así que, seguramente
empezaré a dar preferencia a esta formulación.
El aceite de tomillo, si vais a
hacerlo, os cuento los pasos.
Ir al campo a recogerlo (merece la pena), limpiarlo
con una gasa húmeda y esperar dos meses aproximadamente a que seque. Mover
cada dos o tres días las ramas, de esta forma el secado será homogéneo.
Se trocea antes de sumergirlo en
el aceite que queráis.
Llevarlo tres horas a 37 º removiendo
de vez en cuando. Y después de estar toda la noche en reposo, al día
siguiente ya lo podéis colar. Si habéis puesto de oliva o girasol os servirá
para elaborar platos de cocina, es un aderezo muy rico en ensaladas o asados.
Conservar en el frigorífico o
congelador.
Barra de aceite de tomillo congelado