El
dulce es el sabor del otoño. “Estación de las neblinas y de los dulces frutos". Ya me trajo las manzanas y membrillos para los macerados de temporada.
El
año pasado no las deshidraté, recién cogidas las metí en aceite de oliva
durante tres horas a temperatura baja (37º). Cuando la fruta es fresca prefiero
un macerado rápido para evitar un posible deterioro del aceite, no suele pasar
pero por si acaso. En esta ocasión las he secado en el deshidratador, las he
troceado y dejado macerar durante treinta días aproximadamente.
Al
jabón le adorné con flores secas de varios colores y mirad como quedó. El resultado lo esperaba, quería ese efecto. Son muy pocas las flores que aguantan su color durante
la elaboración del jabón, la caléndula es una de ellas, su amarillo anaranjado
queda intacto.
Manzanas
y membrillos, aceite de oliva, caléndulas y lavandas, y un extracto, de naranja
o pomelo, es mi elixir otoñal, para esos días que vendrán melancólicos.
Otoño, tiempo de pasear por el campo, de recolectar las últimas hierbas mágicas, de llenar la despensa, tiempo de libros, de lluvia tras el cristal y de café en compañía. Hagamos como los árboles, tiremos nuestras hojas muertas y dirijamos la energía hacia las raíces, crecer interiormente que es ahora el momento.
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