De las propiedades, qué os puedo decir. Imaginaos los beneficios que tiene el comer estas frutas para el organismo, pues untarlas sobre la piel con un combinado de aceites y mantecas es igual: fibra, vitamina C, potasio, magnesio, calcio… y pectina. Sí, ambas contienen esta fibra natural que tanto me gusta.
El pomelo hace cremas y jabones con alto contenido en tónicos para refrescar la piel. El membrillo, al igual que la manzana, la hidrata y suaviza. Su semilla contiene mucílago, fibra natural gelatinosa que, como la pectina, regula los mecanismos de transporte de agua, valioso aporte para cualquier producto cuya función sea la de hidratar. También es antiséptico.
Y ahora un jarabe para cabellos pobres y desnutridos: cocer en 700 gr. de agua 200 gr. de membrillo troceado durante media hora, incorporar una cucharada colmada de semillas de lino y continuar la cocción diez minutos más, colar y dejarlo reposar un día, habrá espesado. Utilizarlo como una mascarilla semanal o acondicionador (antes del último aclarado), para las raíces y puntas, notaréis brillo, fuerza y algo menos de caspa. Conservar el preparado en el frigorífico, una semana aguanta, para más tiempo debéis poner conservante.
Flor y fruto del membrillo
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