Al macerado, con aceite de oliva y romero fresco, le añadí ricino y aceite esencial de menta piperita, un revoltillo muy eficaz para favorecer la circulación, desintoxicación de tejidos y aliviar el dolor.
La noche fue bastante completa, cabezas con rulos, manicuras, mascarillas caseras, esas que estiran la piel y dejan el rostro inexpresivo, lumbares embadurnadas en aceite enfocándolas una lámpara infrarroja, algún que otro maquillaje para “ver que tal”, en fin, un salón de belleza y tocado muy hogareño. Acabamos en camisón, con el “ …y te acuerdas cuando…”, hasta las tantas.
Al día siguiente sólo ducha con jabón de sal y romero, no hizo falta crema.
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http://www.jabonesrositalancellotti.com/2013/04/jabon-natural-para-el-cabello-de-aceite.html