Un jabón elaborado de forma artesanal mediante el proceso en
frío produce glicerina, hidratante que atrae la humedad actuando como
una esponja. Para curar un jabón (liberar el exceso de agua) se necesita un ambiente seco que favorezca la
evaporación interna y dificulte la captación de humedad externa, es importante
esto, se puede estropear un jabón si la curación no ha sido la adecuada. También
la temperatura le afecta, no le gusta el calor excesivo. Un buen lugar donde conservarlos mientras curan sería en cajas de
madera.
Para el envoltorio yo utilizo papel de seda, es poroso y el jabón puede respirar, además me parece elegante
y práctico (siempre encaja). Ya envueltos los conservo entre virutas de madera
que protegen de la humedad ambiental hasta su utilización, de esta forma es
difícil que se me estropee alguno. Un producto natural es delicado y así lo
debemos tratar.
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