Hace unos meses me llamó la atención una noticia que dieron por radio y pensando que era broma la busque en internet.
Era esta: “… En el país africano las escobas de bruja tienen
la misma consideración que cualquier otro medio de transporte más pesado que el
aire. Por tanto, una bruja con su escoba no puede sobrepasar el límite de 150
metros estipulado para cualquier nave, según declaró con toda la seriedad del
mundo el director de marketing de la aviación civil suazi, Sabelo Dlamini.”
Curioso, pero aunque parezca broma en Suazilandia “… se
toman muy en serio a las hechiceras. Las curanderas brujas pagan un impuesto
anual equivalente a un euro y gozan de bastante influencia”. Habría que ver
cómo controlan la circulación el día de Halloween.
Y hablando de brujas, el jabón y la crema llevan aceite y
extracto de sauce, sí, el árbol del encantamiento. De la corteza se obtienen
vitaminas, minerales, fibra y ácido ascórbico. En sus hojas se encuentra la
salicina, de aquí se sintetiza el ácido acetilsalicílico, remedio natural alternativo
a la aspirina. Los jabones con este ingrediente se utilizan en cosmética para
combatir la caída del cabello y la caspa, en cremas para mejorar manchas y
cicatrices ligeras dando un tono parejo a la piel.