Santolina, jazmines y rosas aderezados con aceite de oliva y, en menor proporción, de argán son la base de estos jabones y cremas.
El macerado está hecho en thermomix y resultó no bueno, rebueno, con olor y color de campo. Hice bastante, así que congelé para los potingues de este otoño, reservándome un frasquito para llevarlo de vacaciones. Cómo me gustó, consiguió que después de treinta días de playa regresara con la piel hidratada. Lo recomiendo.
La crema la hice más ligera de lo habitual suprimiendo la manteca de cacao. Este ingrediente además de enriquecerlas me sirve como co-emulgente natural junto con la cera virgen pues ésta por si sola no puede emulsionar una crema. Lo sustituí (quería una crema menos untuosa) por el alga agar, gelificante muy útil para las que nos resistimos a usar emulsionantes sintéticos. También aumenté el porcentaje de agua, en esta ocasión hidrolato de lavanda que destilé este verano. Resultó una crema con textura fluida y fresca ideal para días de calor, que todavía nos quedan algunos.
Perderos por las entradas del blog y encontraréis la propiedades de estas plantas y cómo hacer macerados con ellas. Creo que las del jazmín no están, por las dudas os dejo este enlace si queréis conocerlas. http://www.ciao.es/Jazmin__Opinion_1164174
Un buen resultado empieza por un mejor principio. La crema es exquisita, el jabón... dejad que lo diga vuestra piel por mi.
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