La leche de cabra es un frágil milagro de la naturaleza que no puede ser reproducida sintéticamente. Está considera como liposomas naturales por su fácil y rápida absorción en el aporte de proteínas restauradoras y minerales, que ayudan a retener la humedad de la piel, manteniéndola suave y nutrida.
Su suero lácteo estimula la producción natural de colágeno y es muy bien tolerado por la piel, incluso las más delicadas y sensibles por su acción hipoalergénica y calmante, ayudando a neutralizar el PH de la piel, importantísimo este aporte a la cosmética natural.
Los beneficios por vía tópica, a través de cremas, lociones y jabones, se aprecian fácilmente. No solo actúa nutriendo, sino que acompaña e introduce los nutrientes dentro de la célula.
Muy recomendable para pieles dañadas, infantiles y da muy buenos resultados en personas con soriasis o eczemas.
El jabón lleva aceite de oliva macerado con romero, aceite de argán, coco, manteca de karité y cera virgen. Con esencia natural de vetiver.