La aportación de este aceite a un jabón natural es excelente, ya sea en cosmética como en medicina. Es hidratante, emoliente, rico en ácidos omega 3 y 6 y vitamina E. Ideal para pieles secas o agrietadas, mejorando enfermedades de la piel como eczemas, psoriasis o alergias. Además sus propiedades antiinflamatorias le hacen muy útil para el tratamiento terapéutico del acné.
Pero en esta ocasión no es lo que quiero destacar. El cáñamo, por sus utilidades diversas, es quizás la planta milenaria más completa que existe. Leí que un autor muy reconocido de libros sobre el cáñamo ofreció una fortuna a quien lograse refutar científicamente su tesis que presenta a esta planta como solución sin parangón a numerosos problemas del mundo, incluyendo el hambre. Muchísimas necesidades básicas de nuestra cultura (fibras textiles, semillas y aceites, combustibles ecológicos, papel, plásticos vegetales, pinturas, etc) estarían cubiertas con ella.
Su resistencia a plagas y malas hierbas hace que apenas necesite productos químicos (tampoco durante su procesado), por lo que el suelo donde se cultiva será muy superior en calidad y rendimiento, inmejorable participación al mantenimiento del equilibrio ecológico.
Así que habrá que apostar por ella y este jabón será mi pequeña contribución.
Aceite de oliva, argán, cáñamo, coco y cera virgen. Con aceite esencial de vetiver.
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