El color rojizo de esta arcilla proviene de sus componentes férricos. Se encuentra generalmente en depósitos de tipo marino formado por materiales calcáreos, polvo volcánico, restos de esponjas, dientes de tiburón, etc.
Entendidos en la materia dicen que el secreto de la arcilla, barro o fango milagroso radica en su porosidad, por lo que tiene la capacidad de absorber las toxinas depositadas por agentes externos, así que imaginaos los beneficios que puede aportar a nuestra piel. Para no extenderme demasiado, pues son muchas las propiedades, destacar su acción purificadora y regenerativa, haciéndola muy indicada para estimular las funciones naturales de la piel.
Los aceites de este jabón: oliva, argán, manteca de cacao, aceite de coco y cera virgen de opérculo. El aroma es de árbol de té.
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