Muchos de mis jabones están hechos con leche o agua de avena. Es uno de los cereales que no me puede faltar. Molida, en copos, inflada, como sea, la utilizo muchísimo tanto en cocina como para uso cosmético.
A los jabones y cremas les da una suavidad extra debido al fósforo que contiene, disminuyendo la dureza del agua y adaptando el ph de la piel en sus valores ideales (5,5).
Contiene sustancias que absorben el agua retrasando la evaporación de la humedad, por lo que debería encontrarse en cualquier crema cuya función principal sea una buena hidratación. Es ideal para mantenimiento de pieles hipersensibles y con problemas de prurito.
Emoliente, protectora y calmante la crema es para pieles delicadas, jóvenes y aquellas con problemas de dermatitis. Con manteca de cacao, aceite de jojoba, miel y cera virgen, sin perfume.
Y el jabón lleva aceites de oliva, argán, coco, almendras y cera virgen.
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