Un jabón muy casero ya que aproveché productos que uso en la cocina y que, en este caso, se les puede dar doble uso.
Lleva infusión de manzanilla silvestre, polvo de zanahoria deshidratada (en otra entrada contaré cómo se hace ésta última, es fácil pero hay que emplear más tiempo del que normalmente tenemos) y para adornarlo le puse bolitas de quinoa ecológica.
Los aceites: de oliva macerado con manzanilla, argán, coco, manteca de cacao, aceite de zanahoria y cera virgen de opérculo.
Cualidades, destacar las de la manzanilla, hacen un jabón especialmente indicado para pieles frágiles y sensibles por sus propiedades calmantes.
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