¿Os habéis sentido en alguna ocasión agobiada en medio de un
pasillo de un centro comercial, sección perfumería, intentando encontrar una
crema hidratante o un jabón apropiado a vuestra piel? Entre cientos de marcas
clasificadas por tipos (mixta, grasa, seca, normal), edad (piel joven o
madura), momento del día (para la mañana o para la noche), zona (contorno de
ojos, cara, cuello o escote), y las específicas (piel sensible, arrugas,
flacidez, poros abiertos, acné, manchas…), acabas comprando un montón de
productos para solo tres necesidades: limpiar, hidratar y
nutrir la piel. A esto le añadimos lo complicado que puede ser a
veces entender la etiqueta, necesitamos nociones de química para saber qué
ingredientes estamos poniendo sobre nuestra piel o cabello. Sí, hay distintos
tipos de piel y cada una requiere un cuidado específico pero no justifica la invasión
que padecemos.
La crema facial es para piel seca y normal. Lleva hidrolato de lavanda, aceite de argán, almendras dulces, karité y cera de abeja. La de cuerpo, más fluida, tiene los mismos ingredientes además de glicerina vegetal. Esta crema al no llevar conservantes dura de dos a tres meses en el frigorífico.
El jabón es de oliva, argán (macerado con pétalos de rosa), coco, ricino y manteca de cacao, con una fórmula equilibrada de aceites para su uso en cualquier tipo de piel.