Nuestro olfato tiene una memoria intensa y ciertos aromas nos pueden trasladar al pasado sin ningún esfuerzo. Los bebés y niños tienen una sensibilidad y espontaneidad que les resulta muy fácil abrir sus sentidos por lo que pueden beneficiarse de la aromaterapia aún más que los adultos. Pero no todos los aceites esenciales son indicados para ellos y las dosis deben de ser adaptadas. Se recomienda su uso a partir de la cuarta semana y siempre diluido en aceites de semillas naturales (oliva, jojoba, almendras dulces, uva).
Pensado para ellos este jabón lleva aceite de oliva macerado con manzanilla, manteca de karité y aceite de almendras dulces. Y para relajarles aceite esencial de lavanda y manzanilla en muy poca cantidad.
Algo nuevo de este jabón es que lleva hidrolato. Es un agua purificada con restos de aceite esencial. Se consigue después de un proceso de destilación donde se obtienen dos productos, ambos muy valorados: el agua destilada denominada agua floral o hidrolato, enriquecida con los apreciados residuos del aceite esencial de la planta y el aceite esencial puro.
Los hidrolatos son menos concentrados y por tanto ideales para niños o personas con alergias. Su equilibrada disolución de aceite esencial en agua puede ser utilizada directamente sobre la piel sin problemas.
A este jabón le puse hidrolato de lavanda. A la vuelta de vacaciones colgaré algunas fotos del alambique, es un cacharro precioso.
Recomendar a los papás que deberán poner especial atención para evitar que el jabón entre en contacto con los ojos del bebé.
Nuestro olfato t